Gúdar-Javalambre (Teruel)
Manzanera (25 km - aprox. 26 minutos)
En ocasiones,
historia y
naturaleza se toman de la mano para crear entornos
privilegiados. Con orígenes que se remontan a la época
prehistórica, Manzanera ofrece al visitante un cuidado
entorno natural rico en pinares y sabinares, plagado de
ríos, fuentes y manantiales que la hacen idónea para
realizar numerosas excursiones a través de sus
bellísimos y apacibles rincones. Sus frondosos valles,
en definitiva, hacen de todo su término municipal el
lugar ideal para el amante de la naturaleza todavía
intacta.
Pero Manzanera se ha convertido en los últimos años en una importantísima zona turística con numerosos servicios de bienestar (balneario), de alimentación (restaurantes, comercios, carnicerías, panaderías, fruterías, pescadería, farmacia, mercado...), y de diversión (polideportivo, centro cultural, biblioteca, museo, pub, y numerosos bares...) que hacen de Manzanera una población con gran dotación de servicios y un alegre y desenfadado ambiente con intensa vida nocturna..
Uno de los productos más demandados en Manzanera es el jamón (D.O. Teruel) y los embutidos.
Torrijas (31,2 km - aprox. 32 minutos)
Entre Manzanera y Arcos de
las Salinas se sitúa esta pequeña localidad cuyos habitantes
acostumbran a acoger cada invierno el prodigio de la nieve en plena
sierra de Javalambre. Un buen mirador que domina su
paisaje montañoso y de altas cotas lo constituye el puerto de Torrijas, con vistas espectaculares.
La Sierra de Javalambre ofrece un sinfín de alternativas para el ocio, naturaleza, deporte, cultura, y un largo etc. se mezclan para crear un irrechazable destino. Son muchos los puntos en los que detenernos y contemplar el increíble paraje que nos rodea, es el caso del Valle de los Paraísos, el Barranco de los Charcos, la Nave de Torrijas, las Salinas o el Cañón de Arcos (foto: fuentes del Gavilán, cerca de Torrijas).
Barranquismo y
escalada tienen aquí una excepcional plataforma para llevarse a cabo, la
rica y variada orografía del terreno nos incita a practicar estas
divertidas y trepidantes actividades de aventura.
Arcos de las Salinas (28,1 km - aprox. 30minutos)
Presenta un atractivo casco urbano en forma de óvalo que nos habla mucho de la necesidad que tuvo la localidad de defenderse.
Los Serranos (Valencia)
La Yesa (9km - aprox. 10 minutos)
La Yesa es un pequeño pueblo que se encuentra en la comarca de La Serranía. Está situado en la falda meridional de la sierra de Javalambre y en los límites de Aragón. Su extensión es de 84,70 Km² y limita con los términos de Alpuente, Andilla y Chelva.
La economía del pueblo gira en torno a la agricultura y ganadería, así como la extracción de caolín y la construcción, y cabe destacar también la importancia de los servicios, si observamos que para la escasez de población durante el año, se disponen de varios comercios y bares. El sector servicios se ve favorecido en gran parte gracias al aumento poblacional de los fines de semana y vacaciones.
Es de destacar el pan de pueblo, los
coquitos, los rollitos de anís, las tortas de azúcar con nueces y pasas,
y otros muchos manjares elaborados artesanalmente en los dos hornos del
pueblo, uno de ellos horno moruno de leña.
Alpuente (15,7km - aprox. 21 minutos)
Población situada al norte de la provincia de Valencia, edificada sobre
un collado que une los montes San Cristóbal y el Castillo, en un
pintoresco paisaje a mil metros sobre el nivel del mar, rodeada de
campos de cereales, vid y almendros.
El casco urbano conserva el encanto de tiempos pasados: calles típicas,
casas con viejos escudos y blasones, edificios señoriales, murallas...
Y en la cima de un cerro, dominando el pueblo, las ruinas del castillo
de Alpuente constituyen una inmejorable atalaya desde la que se puede
disfrutar de una excelente panorámica de la zona.
Titaguas (22,6km - aprox. 28 minutos)
La villa se asienta sobre una suave ladera, protegida de los vientos del
norte por una frondosa loma en la que destaca el perfil del pico de la
Lámpara. El núcleo original, alquería de época musulmana, se sitúa en
la parte más alta de la ladera en torno a las calles Calderona y
Cerrito. El siglo XVIII es clave para su desarrollo, la expansión
agrícola y ganadera, coincidente con la concesión de privilegio de villa
real de 1729, hace que surjan las principales calles y plazas, dando
forma al casco histórico tal y como lo conocemos hoy, que en su
configuración y elementos singulares refleja los rasgos de la sociedad
rural tradicional valenciana.
Economía agraria vinculada al cultivo de cereal y vid y a la ganadería extensiva lanar. En este contexto algunos personajes adquieren relevancia que expresan a través de residencias singulares, como en el caso de la Casa de los Graneros.
Pajares, graneros y las eras forman calles y manzanas a las afueras de la villa, tanto en el camino de Alpuente como en el camino de Tuejar. Las eras, espacios circulares de tierra apisonada donde se lleva a cabo la trilla, en torno a los que se sitúan los pajares, son uno de los elementos más singulares y valiosos de la arquitectura tradicional serrana. Son también singulares en Titaguas las cuevas abiertas en la villa. Estas se utilizan frecuentemente como graneros. Es el caso de la cueva de la Casa Abadía, que guardaba los diezmos.
Vinos del alto Turia
Bodegas Polo Monleón
El
vino Hoya de Castillo se distingue por ser joven, afrutado,
pálido,
suave, muy agradable al paladar y con un regusto a fruta. Este
vino está
elaborado con uvas de la variedad Meseguera mediante una
exhaustiva selección
de las mismas y con fermentación a temperatura controlada,
conservando
así todas sus cualidades organolépticas. Estas uvas proceden
de nuestros propios viñedos, situados en el término municipal
de Titaguas y cultivados a una altitud de 800 a 1000 metros.
Debe servirse
frío, entre 8 y 10ºC. Recomendado especialmente para acompañar
todo tipo de arroces, pescados, mariscos y carnes blancas.
Coop. Agrícola Santa Bárbara
Este vino, fino y aromático, de colores pálidos, afrutado y suave, es ideal para acompañar arroces, pescados, mariscos y entrantes.